Asaltan de madrugada un chalé de la Pobla de Vallbona mientras sus dueños dormían en el interior y se apoderan de aparatos electrónicos
TICO DE
VICENTE. LA POBLA DE VALLBONA. Bien entrada la madrugada. Mientras algunos
se adentran en el séptimo sueño, otros comienzan su jornada “laboral” a la búsqueda
de algún tipo de ganga que les sirva para terminar el mes. Las áreas residenciales
y las numerosas urbanizaciones existentes en la Pobla de Vallbona son la auténtica
tentación para muchos de los ladrones que merodean por ellas. Las conocen al
dedillo. Se dedican de día a analizar las costumbres y la vida cotidiana de sus
ciudadanos. Mientras los dueños de estas viviendas llevan a cabo sus quehaceres
diarios, otros les observan de lejos, pero lo suficientemente atentos para
saber sus costumbres, su día a día y su forma de desenvolverse. Sus horarios,
sus entradas, sus salidas y todo un sinfín de detalles que a la mayoría de
personas pasan desapercibidos pero que para algunos son esenciales. Importantes
para que sus objetivos se conviertan en realidad. Sin remilgos y sin problemas.
Ocurrió hace ya días en una urbanización del área este del término municipal.
Son una de las joyas de la corona desde hace tiempo. Coches de gama alta,
viviendas con todas las prestaciones posibles, comodidades, lujos,….todo un
conglomerado de aspectos que atraen a los malhechores en su afán por conseguir
un buen botín. En el suceso que tuvo hace días en la Pobla de Vallbona se
siguió un patrón ya conocido por muchos. Visitaron la casa ajena de noche, bien
entrada la madrugada y a pesar de que los dueños estaban en su interior, descansando
para prepararse para una nueva jornada laboral. Atrás quedaron ya aquellas
ocasiones en las que los ladrones aprovechan la ausencia de los propietarios de
una vivienda, chalé o piso para obtener pingües beneficios. Ya no tienen miedo
que haya gente en su interior. Se confían muchos. Trepan por lugares recónditos,
saltan por las vallas que separan el interior del exterior para evitar miradas
extrañas y acceden a la vivienda forzando, para ello, las puertas con alguna
ganzúa o llave maestra. Las opciones son múltiples.
Después de dar vueltas y acceder a la parte baja de la
vivienda se apoderan de varios aparatos electrónicos y optan por marcharse tras
asegurarse que no han sido descubiertos. Saben que puedan alejarse sin
despertar sospechas entre los habitantes de la vivienda. Al día siguiente, cuando
se levanten, los propietarios sabrán que han recibido una visita “inesperada”
durante la noche. Tras el susto inicial, hacen recuento de sus pertenencias y
descubren aquello que les han quitado. Denuncias, papeleos, seguros y
reclamaciones son los siguientes pasos. Y el susto en el cuerpo durante las
noches siguientes no se lo quita nadie. Refuerzan la vigilancia, cuanto menos.
El suceso acaecido no es, ni mucho menos, una excepción a
la regla. Los datos que ha dado a conocer el Ministerio de Interior no dejan lugar
a dudas que los robos son una de las constantes a lo largo de los últimos meses
en la Pobla de Vallbona. De hecho, durante el primer trimestre de 2024 se ha registrado
un robo con violencia, otros 42 robos, de los que 41 fueron robos con fuerza
mientras que hurtos se elevaron a 34 y las sustracciones de coches fueron de 3.
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