La Pobla de Vallbona pierde hasta 4 entidades bancarias, el 33% de las existentes hasta ahora, en los últimos ocho años tras la crisis inmobiliaria
TICO
DE VICENTE.- La Pobla de Vallbona. Los primeros años del actual milenio
se caracterizaron por una explosión económica sin precedentes bajo el paraguas
de la eclosión inmobiliaria que en la costa valenciana y en muchas comarcas del
interior de la Comunitat Valenciana supuso un auge de la actividad inmobiliaria
a una velocidad endiablada. Las entidades bancarias se multiplicaban como seta
gracias al abono de las empresas inmobiliarias, las constructoras y las
mercantiles que transitaban sin descanso en busca de nuevas formas de
financiación para llevar a cabo sus operaciones económicas. En buena parte de la
comarca de Camp de Túria se disparó la proliferación de nuevas entidades
financieras, precisamente, por esa “buena” marcha de la economía. El dinero
corría a un ritmo notable, las entidades financieras se mostraban receptivas
para avalar la mayoría de las solicitudes de préstamos hipotecarios, tanto de
particulares como de empresas y mercantiles. En la Pobla de Vallbona empezaron
a instalarse nuevas oficinas bancarias en los principales puntos neurálgicos
del casco urbano, especialmente en lugares estratégicos que supusieran una
visibilidad ante los posibles clientes y, al mismo tiempo, una mayor comodidad
en su tarea diaria. La calle Poeta Llorente, de este a oeste, se plagó de una
cantidad ingente de nuevas oficinas ante la llamada del dinero fácil que supuso
la operación inmobiliaria que se gestó con la posible construcción del campo de
golf en la zona sur del término municipal.
La construcción era una de las
principales fuentes de ingresos alrededor de la cual pivotaba una buena parte
del desarrollo económica en la Pobla de Vallbona, una de los exponentes que
merecerían un estudio de expertos sociólogos y economistas. Nunca antes se
había vivido un número tan elevado de sucursales bancarias en una localidad a
la que la eclosión económica se unía, también, una expansión demográfica, con
un incremento de habitantes, especialmente, en las urbanizaciones y áreas
residenciales. La Pobla de Vallbona llegó a disponer de hasta 12 oficinas
bancarias, con las principales entidades como reclamo ante el resto de los
vecinos. Sus campañas agresivas para captar los nuevos clientes marcaron una
época diferente a las precedentes. Parejas jóvenes, mayores, jubilados,
profesiones liberales y clase media constituían uno de los objetivos de los
bancos. Las principales entidades financieras hundieron su huella sobre el
epicentro de la localidad, como el caso del Sabadell, La Caixa, Banco Popular,
Kutxabank, Ibercaja, Caixa Popular o Cajamar, el número será inigualable para
épocas futuras.
Sin embargo, las nuevas tecnologías,
las crisis financieras y la fusión de las propias entidades han supuesto una
reducción notable de oficinas y sucursales en la Pobla de Vallbona. Así lo
atestigua el propio Banco de España en sus últimos informes, a los que ha
tenido acceso Infopoblano. De la
docena que se instalaron en la localidad cuatro se han quedado por el camino,
una cifra similar al 30% del resto de la Comunitat Valenciana.
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