Las tribulaciones en la política: la confección de un nuevo gobierno en la Pobla de Vallbona

 

            TICO DE VICENTE. LA POBLA DE VALLBONA. Pasar del gobierno a la oposición puede tener consecuencias trágicas y catastróficas en un partido político. Pasar de la moqueta, las lisonjas, los halagos y los ambientes cortesanos a picar piedra a plena luz del día, sin protección solar, y sin nadie que le apoye a su lado, es uno de los ejercicios más duros que un político debe afrontar con la suficiente personalidad para no caer en derrotismos. Pasar de la gestión a la fiscalización ingrata y solitaria es una situación a la orden del día. Sin embargo, no todos los políticos tienen la capacidad de afrontar con la resiliencia suficiente un cambio de escenario de esta magnitud. Cuando los partidos políticos que forman la actual base del gobierno de la Pobla de Vallbona empezaron a pergeñar la confección de las respectivas listas electorales no contaban con una pérdida de apoyo electoral en los comicios que tuvieron lugar el pasado domingo. Ni en el peor escenario podían imaginar que el partido mayoritario en el pleno municipal –Compromís con 3.179 votos- sería uno de los peor parados a tenor de las previsiones iniciales. La gestión realizada durante la presente legislatura, sumada a la anterior, constituían su mejor aval ante la opinión pública, con todos los proyectos iniciados y los que empezaban ya en su fase embrionaria.

            Sin embargo, la sola posibilidad de que, finalmente, no se reedite el actual gobierno abre un escenario por completo diferente. Las consecuencias pueden llegar a ser catastróficas en algunos partidos políticos. En Compromís, por ejemplo, se confeccionó un equipo de trabajo para ser parte fundamental en el ejecutivo local. En ningún caso se contemplaba una pérdida de poder en una localidad que, históricamente, ha sido un bastión inexpugnable en manos del Partido Popular hasta que en el 2015 perdieron la mayoría absoluta pese a ser la fuerza más votada y en el año 2019 pasaron a ser la segunda formación política tras Compromís. En la coalición nacionalista, por su parte, su mayor apoyo electoral ha sido inversamente proporcional a la pérdida de sufragios de los populares. Por ello, para Compromís perder el gobierno les dejaría en una situación diferente a la imaginada hace pocas semanas. Si bien se avisaba un ascenso del PP y Vox, nadie contemplaba una pérdida de hasta 2 escaños en Compromís. Ni en la peor de las encuestas. Además, los socialistas han perdido otro edil y el tablón del ajedrez ha cambiado sustancialmente.

            En el caso de que, finalmente, se confirme un gobierno de PP y Vox, para Compromis significaría un cambio de “chip” que no entraba en la hoja de ruta. Al contrario. Vislumbraba un aumento del número de concejales hasta alcanzar una “mayoría amplia” aunque sin llegar a la absoluta. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Pasar cuatro años escuchando por boca de ese posible gobierno del PP-Vox que muchos de los problemas y vicisitudes que se sucedan a lo largo de la legislatura 2023-2027 son consecuencia directa de la gestión llevada a cabo por Compromís entre los años 2015 y 2023 no sería nada fácil. La formación debería pasar por una travesía del desierto para recomponerse del batacazo electoral sufrido para el que pocos políticos están preparados mentalmente. Y, además, deberían esperar una erosión progresiva del posible ejecutivo local que les permitiese recuperar el gobierno en el año 2027. De momento, las espadas continúan en todo lo alto.