Finca de la Cens en la Pobla de Vallbona: se cumplen más de 8 meses desde el anuncio de su derribo y el gobierno local descarga en el juzgado la culpabilidad de posibles caídas
TICO DE
VICENTE.- La Pobla de Vallbona.- La finca de la Cens de la Pobla de Vallbona,
auténtico buque insignia social y urbanístico de la localidad, lleva camino de
convertirse en una pesadilla. Tras dejar atrás el embrollo que suponía la
identificación de los propietarios de sus 49 viviendas que forman parte de su
planta baja y seis alturas, se procedió al proceso de expropiación de los
apartamentos por parte del ayuntamiento local con una inversión de más de
160.000 euros en total.
El deterioro de los pisos privados y la imposibilidad total
de su rehabilitación -legal y urbanísticamente porque era superior al 50% del
coste de construir una nueva- daban paso a un nuevo escenario. Inédito en la
localidad porque poco a poco se daban pasos decididos por llegar a una nueva
fase: su derribo para ayudar a vertebrar el núcleo principal, abrir la avenida
de colón para conectarla directamente con el parque municipal.
Sin embargo, el gobierno local se dio de bruces con la
lentitud de la administración y los intrincados recovecos existentes en cualquier
asunto de interés público. Se presentaron más de una docena de alegaciones
contra las valoraciones realizadas por el consistorio, alrededor de 6.000 euros
de medio en cada uno de los apartamentos. Se trataba de uno de los puntos de
fricción entre ambas partes, administración local y propietarios.
Aprobada en el año 1966 y ocupada en el año 1972, la
finca de la Cens constituyó uno de los paradigmas más fieles de una forma de
entender el urbanismo de la época basado en el denominado “urbanismo vertical”
y con una proliferación notable de población en su interior. Estigmatización
social y económica fueron dos de sus principales rasgos a lo largo de las décadas
que estuvo en funcionamiento. Los últimos años sufrió una degradación vertiginosa
ante la pasividad de las autoridades. Llegaron a habitarlas algunas familias a
pesar del evidente peligro de caída de algunas de sus estructuras.
De hecho, la posibilidad de caída de sus paredes o de algunas
de sus estructuras son algunos de los principales peligros en la actualidad. Por
ello, el equipo de gobierno ha solicitado en numerosas ocasiones al juzgado que
se pronuncie definitivamente sobre la medida cautelar dictada y que supone la
paralización del proyecto del consistorio de derribar la finca y proceder, por
tanto, al proyecto de destinar el espacio a una utilidad dotacional.
En palabras del propio gobierno local de la Pobla de
Vallbona, será culpa del propio juez la posibilidad de que se pueda producir
una caída de alguna pared, estructura o cascote del edificio. “La responsabilidad
será del juez”, afirman desde el gobierno municipal. El retraso del derribo es,
sin duda, uno de los dolores de cabeza que se ciernen sobre este proyecto que
debía haberse llevado a cabo entre julio y agosto del pasado verano –en pleno
periodo estival para evitar problemas a los vecinos- pero que a día de hoy se
desconoce una fecha concreta para ejecutarlo.
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