Baños a precio de oro en la piscina de la Pobla de Vallbona con un covenio que prevé el pago de hasta 981.831 euros de canon anual del ayuntamiento en el año 2035 a la empresa
TICO DE VICENTE. La Pobla de Vallbona
Los últimos rescoldos del pasado
siglo y el inicio del actual milenio supusieron un punto de inflexión en
materia de instalaciones e infraestructuras deportivas en la comarca de Camp de
Túria. En esta tesitura, la construcción de piscinas cubiertas de titularidad
municipal fue uno de los ejes fundamentales en las acciones de gobierno en
cualquiera de los ejecutivos locales. La prescripción médica de la natación
para prevenir o curar determinadas lesiones físicas fue uno de los alicientes
principales que llevó a la proliferación de centros deportivos dotados de
piscina cubierta. Esta nueva infraestructura permite desde entonces la práctica
de la natación a lo largo de todo el año, tanto en invierno como en verano. Las
inclemencias meteorológicas no son, por tanto, ningún impedimento para hacerse
unos largos en el propio pueblo. Precisamente, esta mentalidad reducida de
miras imperante en la época, basada en construirse cada municipio su propia
piscina, ha supuesto un quebradero de cabeza, especialmente desde el punto de
vista financiero. A los gastos elevados derivados de la propia construcción se
une, además, los costes del mantenimiento que, en algunos casos, se traduce en
problemas en época de vacas flacas. La crisis económica comprendida entre los
años 2008 y 2015 es un buen ejemplo de estas prácticas. En el mejor de los
casos, los ayuntamientos todavía tienen que hacer frente a los gastos de amortización
o al pago de intereses por los préstamos u operaciones bancarais que se
hicieron en su momento para llevarlas a cabo.
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