Elecciones municipales en la Pobla de Vallbona: los partidos políticos comienzan a engrasar la maquinaria con la mirada puesta en el año 2023

 

            TICO DE VICENTE.- València. A poco más de un año y medio para las elecciones municipales que se celebrarán en mayo de 2023, los partidos y formaciones políticas han comenzado a engrasar las maquinarias para llegar con el motor en su máxima potencia a la cita. El primero de los partidos de la localidad en iniciar el trayecto ha sido el Partido Popular que ha celebrado un congreso local para renovar en el cargo de presidenta local a Mari Carmen Contelles, a la sazón portavoz municipal. Con un bagaje a sus espaldas de 8 años como alcaldesa (2007-20015) y otros seis en la oposición (2015-2021), Contelles mantiene el control de la agrupación local. Atrás queda su cargo orgánico como presidenta comarcal de los populares en el Camp de Túria al mismo tiempo que ha ido perdiendo protagonismo y peso político en las filas populares tras la marcha de Isabel Bonig como líder autonómica del PP. Protagonizó una sonada pugna con Vicent Betoret por liderar el PP de la provincia de Valencia. Tras perder la mayoría absoluta en 2015 –ganó, pero no formó gobierno- y sucumbir en los comicios de 2019 –quedó segunda tras Compromís- podría volver a ser la cabeza de cartel en 2023 si así lo deciden sus militantes. De momento, tiene el poder orgánico. Si se presenta, sería la tercera ocasión en la que intentaría devolver al PP la alcaldía.

             Por su parte, Compromís conforma uno de los partidos que mayor protagonismo político y social ha adquirido a lo largo del último decenio. Tras obtener su primer concejal en el año 1999 con la entrada de Vicent Garcia, actualmente es el partido mayoritario en el pleno municipal, con hasta 7 concejales. Ha conjugado juventud con experiencia y perspicacia con energía. Se mantiene la incógnita del cabeza de cartel. Josep Vicent Garcia todavía no ha desvelado públicamente si se volverá a presentar en 2023. Todo está pendiente de un debate interno en el que el actual munícipe ponga sobre la mesa su decisión final. En caso de no presentarse, el alcaldable saldría de una terna formada por los concejales del actual grupo municipal. Una mujer podría ser la cabeza de cartel, incluso, si Josep Vicent Garcia decide dejar la política. Desempeñar la alcaldía es uno de los activos, con todas las dosis de exposición pública que ello supone, con los que esperan revalidar el gobierno en las próximas elecciones. Saben que existen precedentes: Esquerra Unida que perdió su único edil en las últimas elecciones y cupo que dejó en el camino uno de sus dos ediles. En Compromís saben que cualquier resquicio de sus socios de gobierno puede suponer un mayor apoyo para ellos.

             Por último, el tercero de los partidos mayoritarios de la Pobla de Vallbona, el PSOE, continúa con su travesía del desierto. Sin duda, es el agujero negro de los socialistas en el Camp de Túria. Cuenta sus citas electorales por fracasos. No levanta cabeza. Ni el cambio de cartel electoral ni el paso de la oposición al gobierno han aportado un plus a la representación en cada una de las elecciones municipales. Para la cita de 2023 se prevé un drástico borrón y cuenta nueva. La actual dirección local está empeñada en recabar todo el apoyo que hasta ahora se les ha negado. Para ello llevan meses con una estrategia consistente en visibilizarse ante el resto de la sociedad y en contactar con el tejido social de la localidad para ganar votos de cara al año 2023. Las fricciones entre el grupo municipal y la ejecutiva local significarán la salida casi segura de Regina Llavata, actual portavoz municipal y candidata en el año 2019. Su escaso tirón electoral y nula capacidad para traducir en votos la presencia del PSOE en el gobierno del ayuntamiento son los dos argumentos que se barajan como suficientes para dejar paso a una renovación completa. Como dato significativo cabe recordar que, en el año 2019, los socialistas recibieron 2.714 votos en las elecciones generales, otros 2.222 en los comicios autonómicos y, por último, 1.462 en las locales. Por tanto, las elecciones municipales son el gran caballo de batalla para sus dirigentes. Pierden en casa –elecciones locales- lo que ganan fuera: comicios generales y autonómicos. O lo que es lo mismo: sus candidatos o candidatas no despiertan el suficiente entusiasmo como para conservar los votos que generan los presidenciables de la Generalitat o del Gobierno.