La falta de aparcamiento en los alrededores de Vicario Camarena obliga a los conductores a estacionar los vehículos junto a los árboles en la Pobla de Vallbona a la hora del "esmorzaret"

 

TICO DE VICENTE

            La falta de aparcamientos, las políticas de gestión de la movilidad y la ausencia de alternativas plausibles suponen un buen “quebrantahuesos” para las administraciones locales a la hora de diseñar las áreas destinadas para estacionar los vehículos. Estas vicisitudes cobran una mayor importancia en aquellas áreas del casco urbano donde se asienta el epicentro de los establecimientos destinados al tradicional “esmorzaret”. Se trata, precisamente, durante las horas que los valencianos destinamos a “pegar un mosset” cuando más plazas de aparcamiento hacen falta. En la Pobla de Vallbona no se halla ninguna excepción y, por ello, los alrededores de la avenida Vicario Camarena se pueblan de vehículos y turismos a la búsqueda de los “templos” del citado “esmorzaret”. Entre las 9:30 y las 11:30 de la mañana, son decenas los vehículos que se dirigen al aparcamiento que el Ayuntamiento de la Pobla de Vallbona destinó a tal menester en la parte posterior de la avenida Vicario Camarena, junto a la conocida carretera de la Canyà Maquiva. A diario, decenas y decenas de propietarios de vehículos dejan el coche en la citada área. Sin embargo, Infopoblano ha podido comprobar que en multitud de ocasiones los aparcamientos públicos municipales se ven rebasados con creces y los propietarios se ven obligados a buscar alternativas.

             De hecho, en algunas jornadas este periódico ha sido testigo de esta situación que se acrecienta durante el verano cuando el buen tiempo alienta a decenas de habitantes a buscar un refrigerio o un bocata en cualquier de los establecimientos de restauración existentes en la misma avenida o en los alrededores. El aparcamiento posterior a la finca donde se radica el aparcamiento público forma parte de un conocido barranco existente a lo largo de la historia de la Pobla de Vallbona. Precisamente, el edificio sufre los problemas consiguientes cuando se producen fuertes trombas de agua, en especial en las épocas invernales. Se construyó bajo mando del Partido Popular con el paraguas de un plan general de ordenación urbana laxo con la orografía y las singularidades existentes en esta localidad. La parte norte del propio casco urbano vallbonense es un buen ejemplo –y paradigmático- de la falta de planificación territorial en esta localidad.  

             El citado aparcamiento se ve incapaz de atender la demanda existente y decenas de trabajadores tienen que depositar sus respectivos vehículos entre los árboles –especialmente, algarrobos- y sobre suelo de tierra para poder desplazarse, con comodidad, hasta alguno de los numerosos bares o establecimientos donde tomar el conocido “esmorzar valencià”. Además, en los lugares que los conductores aparcan sus respectivos vehículos proliferan sin control las hierbas y todo tipo de matorrales que se convierten en un auténtico polvorín con la llegada de las altas temperaturas veraniegas y que se acrecientan por su cercanía a los edificios y casas existentes en los alrededores.