El abandono de solares acrecienta el peligro de incendios en la Pobla de Vallbona por las altas temperaturas pese a las multas de hasta 3.000 euros previstos en la ordenanza

 


TICO DE VICENTE  

            La actitud incívica de las personas es una de las lacras que a lo largo de la humanidad ha lastrado el devenir de las sociedades. La falta de empatía y de generosidad es uno de los mayores males que azota en la actualidad a las sociedades occidentales. La Pobla de Vallbona no es, cuanto menos, una excepción en esta vorágine. Por ello, un simple paseo por buena parte del término municipal de la localidad es suficiente, aunque al mismo tiempo desalentador, sobre la capacidad de las personas a la hora de cumplir con sus obligaciones cívicas. El Camp de Túria es uno de los núcleos poblacionales de la Comunitat que cuenta con una tradición ancestral sobre la agricultura y, por tanto, sus términos municipales cuentan con un territorio rústico extenso y variado a diferencia de otras localidades del cinturón metropolitano valenciano. Muchos de los solares que forman parte de los términos municipales de la comarca presentan un aspecto desolador. En la Pobla de Vallbona también se cumple esta máxima y son un foco de problemas, especialmente hacia los propios vecinos que deben soportar, en muchas ocasiones, la existencia de basuras, escombros y algunas anomalías añadidas, como los roedores, insectos y todo tipo de animales. Los problemas sanitarios se convierten, en este contexto, en un buen dolor de cabeza para vecinos y gobernantes.

             Infopoblano ha sido testigo de este panorama en el paisaje local con un recorrido pormenorizado por el extenso término municipal de la Pobla de Vallbona. Son múltiples, variadas y muy diferentes los casos en los que se ha podido localizar la falta de mantenimiento y limpieza de los solares y terrenos, no solo por las áreas residenciales o zonas rústicas sino también sobre determinados apartados del mismo casco urbano de la localidad. Las altas temperaturas que se registran a lo largo de los meses de junio, julio y agosto son uno de los motivos que más preocupan a las autoridades por los enormes peligros que se pueden originar en caso de un posible incendio. En las áreas residenciales se potencian, exponencialmente, estos problemas por la multiplicación de este tipo de terrenos: abandonados y con elementos que aceleran el fuego en caso de incendio.




             Pese a los múltiples requerimientos que desde el ayuntamiento se lanzan a los propietarios infractores por los solares sucios o abandonados, la realidad es muy distinta. En muchas ocasiones, caen en saco roto. Sus dueños confían en la lentitud y, en ocasiones, de la deficiente gestión de la administración local, para librarse de una multa o sanción económica. Por ello, a veces es muy complicado que, pese a los expedientes que se instruyen desde el ayuntamiento para llevar a cabo esta labor, finalmente se puedan extraer conclusiones positivas para defender y proteger el interés general de los ciudadanos. La insolidaridad, muchas veces, resulta vencedora.

            La actual ordenanza que regula las normas básicas de limpieza y vallado de los terrenos y solares ubicados en el término municipal –tanto en el casco urbano como en las urbanizaciones- fue aprobada por el actual gobierno en julio del año 2017 y en ella se obliga a los propietarios a mantenerlos en perfectas condiciones y, por tanto, exentos de cualquier hierba, escombros o residuos. Las sanciones para los infractores de esta ordenanza municipal pueden alcanzar hasta los 3.000 euros en total. Para ello, el ayuntamiento establece dos periodos de limpieza para que los dueños puedan efectuar estas tareas: mayo y noviembre. El objetivo no es solo ornamental o de salubridad, sino también tiene un afán por prevenir posibles riesgos en época de altas temperaturas como las actuales que son el factor decisivo ante un posible incendio.

 

 

           

 

Comentarios

  1. Lo que vemos y aquí se comenta muestra enmascarada una tragedia cuya gravedad ocultan los políticos nacionales, los provinciales, los locales, muestra la derrota de los cultivadores españoles que ven como los que importan los productos extranjeros se hacen de oro, mientras quienes los cultivan en nacional se arruinan.

    Cada parcela que vemos llena de hierba, nos está diciendo que en la Pobla de Vallbona tenemos una familia que la ha dejado abandonada. Nos está diciendo que su propietario paga impuestos sin tener de la parcela ningún beneficio. Nos está diciendo que los políticos españoles promocionan todo lo ajeno y menosprecian lo propio.

    Y encima al labrador arruinado que paga impuestos y no tiene beneficios lo amenazamos que la multa que pagará lo terminará de arruinar.

    La la Pobla de Vallbona a poco que se fijen es un pueblo que día a día se abandona en su economía sostenible, dando paso a un caos criminal de ruina económica, donde todos los que dicen que se preocupan de la agricultura puntualmente cobran, mientras quien paga se arruina.

    Posiblemente eso sea lo que los políticos locales desean para hacer de la la Pobla de Vallbona el paraíso de los damnificados.

    So. Andrés Castellano Martí.

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