La Pobla de Vallbona podría perder 500.000 euros en ingresos al año por el impuesto de plusvalías tras la sentencia del Tribunal Constitucional
TICO DE VICENTE. La Pobla de Vallbona
Actualmente, los ayuntamientos se afanan por cuadrar los presupuestos económicos del próximo año, con la vista puesta en llegar a tiempo para cumplir los plazos legales previstos de forma que el 1 de enero pueda ponerse en marcha este documento que marca y fija el devenir de una administración a lo largo de un año. Sin embargo, en esta ocasión a los lógicos trabajos de consensuar y limar asperezas entre los partidos que forman parte de un gobierno de coalición en unos casos o en asumir las directrices técnicas en otros casos hay que añadir un nuevo ingrediente: la sentencia del Tribunal Constitucional. El alto tribunal ha notificado, a través de una nota informativa, de la derogación de hasta tres artículos que suponen, a grandes rasgos, el fin del cobro del impuesto de plusvalía. Se trata de una cantidad muy importante para multitud de administraciones locales y que son una vía de ingresos que se utiliza para financiar buena parte de los servicios públicos que se prestan. Este impuesto directo, real, objetivo y no periódico grava el incremento del valor de los terrenos urbanos que gestionan las administraciones locales. Según algunos cálculos, hasta cerca de 2.500 millones de euros se dejarían de ingresar en los ayuntamientos españoles si, finalmente y como parece, deja de tener efecto este impuesto. En el caso de la Comunitat Valenciana la cifra afectaría a los ingresos ordinarios por un montante global de 150 millones de euros, una cifra nada desdeñable en un momento en el que se debe apoyar más si cabe el tejido social a causa de la pandemia del coronavirus.
Este impuesto está íntimamente
ligado al nivel de transacciones inmobiliarias y del sector urbanístico que se
realiza en cada municipio, de forma que la afectación no será nunca la misma en
todos los ayuntamientos. Aquellos que han fiado más sus ingresos a la coyuntura
urbanística tendrán más problemas para afrontar esta situación ya que será un
escollo más que tendrán que sortear a partir de ahora. Según los datos a los
que ha tenido acceso Infopoblano, en
el caso de la Pobla de Vallbona se podría tratar de hasta 500.000 euros
anuales, la última de las cifras contenidas en el presupuesto económico de este
año y cuya liquidación no se conocerá hasta los primeros meses del ejercicio
entrante del año 2022. En este mismo año, las licencias de obras están
valoradas en 35.000 euros en ingresos mientras que las licencias de primera
ocupación y cédulas de habitabilidad –necesarias para comenzar a vivir en una
casa- en otros 8.000 y el impuesto de construcciones en otros 400.000 euros en
total. Las cifras de plusvalías asignadas este año han ido aumentando con el
paso del tiempo, en consonancia con una mejora de la economía. De esta forma,
se ha pasado de los 360.000 euros del año 2015 a los 500.000 del ejercicio
económico de 2017 o los 700.000 euros que se llegaron a presupuestar en el año
2020 en total.
Las licencias de obras a lo largo
del periodo analizado en la Pobla de Vallbona, entre los años 2015 y 2021, han
oscilado entre los 35.000 euros del primer ejercicio de 2015 a los 40.000 euros
del año 2018 o los 70.000 euros del ejercicio de 2020. Por su parte, las
licencias de primera ocupación no han superado, en ningún caso, los 10.000
euros, cantidad presupuestada en el año 2019. En cuanto al impuesto de
construcciones, de los 100.000 euros del ejercicio de 2015 se pasó, en términos
absolutos, a los 200.000 euros, el doble, del año 2019 o los 670.000 euros en 2020
en pleno año pandémico. Desde ahí, se ha pasado a 400.000 euros en el ejercicio
de este año.
Es condición humana el ganar dinero y correctamente administrado sobrevivir. Cosa que se aplica en personal y social, tanto en las familias como en los entes públicos. Y en nuestro caso en el ayuntamiento que atiende las necesidades del pueblo. Ayuntamiento cuyos ingresos dado que nada produce son los impuestos de los que si producen.
ResponderEliminarSiendo cuando un ayuntamiento se administra correctamente, los impuestos que cobra los racionalmente correctos, de la misma manera que sus gastos también lo son. Pues no es correcto cobrar impuestos sólo por el afán de tener dinero para gastar, en cosas que los que los pagan no pueden mantener.
Pero dicho absurdo recaudatorio lo estamos viviendo, cobrando impuestos de todo y en todo. Quedando absurdo los impuestos de sucesiones, plus valías, y otros muchos que finalmente se dedican al pan y circo de quienes gobiernan. Se dedican a gastos absurdos que contentan los tigs y togs de quien gobierna. Cosa que no es correcto aprobar, pues con sus ingresos puede hacer lo que quiera, pero no puede hacer lo que quiera con los ingresos ajenos.
So. Andrés Castellano Martí.