Los días de copas, cachondeo, bailes
y juergas quedaron atrás. Muy atrás. Jornadas frenéticas de francachela, aderezadas
de anécdotas, vivencias imborrables y socialización “a tutiplén” formaron parte
del ecosistema social y económico que se vivió desde los años 80 y hasta bien
entrado el actual milenio. Primero bajo el emblema de “Galaxie” ubicada en la
antigua carretera comarcal 234 y luego bajo la actual carretera secundaria,
este centro de ocio ha formado parte de cientos de miles de valencianos. No
solo de la Pobla de Vallbona o del resto de municipios de la comarca, sino
también de muchas y muchas localidades valencianas. Incluso, más allá de nuestras
fronteras autóctonas. Con la creación de la denominada “ruta del Bakalao”,
Galaxie dio un paso más adelante y se convirtió en la avanzadilla de los
lugares que conectaron la música y la diversión como eje fundamental de su
existencia para miles de jóvenes. Más allá de denominaciones o nomenclaturas –de
Galaxie pasó a Evento-, esta discoteca fue el nexo de unión de la movida
valenciana. No había plan o “quedada” entre amigos que no incluye una buena
visita –o dos- a esta discoteca poblana. Sus paredes rezuman la nostalgia y los
recuerdos de aquellas jornadas interminables o de aquellas tardes que no sabían
de final y empalmaban el atardecer con los primeros destellos de la noche.
Con el nuevo milenio, las discotecas
que antaño eran el objetivo preciado de cualquier fiesta entre amigos dieron
paso a nuevas diversiones y emplazamientos tras tantos años de juerga continuada.
Sin embargo, la fuerte crisis económica y la nueva estructura social derivada
de la misma dieron al traste con estas macro-discotecas y tras unos cuantos
años más de fracasos continuados –gerencias y dueños nuevos, añadidos- el
abandono de las instalaciones fueron el rasgo principal para Evento, nombre que
dio paso a otros en un intento por conseguir un “borrón y cuenta nueva” por parte
de los dueños. Ya nunca más se pudo regresar al pasado, con aquellas tardes y
noches multitudinarias y aquellas fiestas navideñas o estivales donde la
diversión estaba asegurada al son de la música del momento.
Por este motivo, la sala de música
de la Rascanya está a la venta desde hace tiempo. Hace justamente un año su
precio estaba fijado en un total de 1 millón de euros. Un año después su precio
al público ha aumentado en otros 300.000 euros, de forma que alcanza ya los 1’8
millones. En este precio se incluyen ya los 1.510 metros cuadrados de extensión
construida sobre una parcela total de 6.452 metros. El entorno privilegiado de
los alrededores está formado por la urbanización de la Rascanya, una de las más
antiguas de la Pobla de Vallbona, y el área comercial puesta en marcha hace un
año, además, cerca de las ruinas de una antigua fábrica de ladrillos. Por ello,
sus dueños apelan a la magnanimidad de estas instalaciones legendarias como
fuerza principal para apoyarse en una futura transacción económica. Sin embargo, a día de hoy continúa sin
inquilino nuevo.
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