Calvario y ermita de Sant Sebastià en la Pobla de Vallbona: abandono y suciedad marcan la situación actual

Imágenes de la situación actual. 

 

TICO DE VICENTE. La Pobla de Vallbona.

 

            Uno de los paisajes más carismáticos y estimados por los vecinos de la Pobla de Vallbona lo configura el actual Calvari y ermita de Sant Sebastià, situados ambos en el margen norte del casco urbano, en una de las áreas de expansión junto a la conocida carretera de la Casa Blanca, uno de los ejes de comunicación más importantes por su labor de vertebración e integración social. Se trata de una de las áreas más conocidas por los visitantes que cubre una función importante en las fiestas patronales de Sant Sebastià, el 20 de enero cuya idiosincrasia no se pudo explayar en la edición de 2021 a causa de la pandemia y se cierne sobre ella la incógnita de la celebración que se podrá llevar a cabo el próximo año. La progresión de la pandemia, la evolución de los contagios y los efectos que se puedan desencadenar por las vacunas son algunos de los interrogantes que planearán de cara a la organización de la edición del próximo año. Al tratarse de una fiesta litúrgica que reúne, implícitamente, un buen número de vecinos y visitantes habrá que estudiarse, detenidamente, el alcance de las fiestas patronales.

             Sin embargo, más allá de celebraciones o no, en función del devenir de los acontecimientos, la situación actual que presenta este emblemático monumento histórico ha levantado una polvareda importante. El Calvario presenta un abandono notable en las labores de limpieza y mantenimiento de los casilicios existentes en esta área. Históricamente, los equipos de gobiernos, antes y ahora, dedican todos sus esfuerzos, dedicación y recursos económicos y humanos a las labores de recuperación y limpieza de esta zona en las semanas previas a la celebración de Sant Sebiastià. Unos y otros, ideologías e interpretaciones torticeras a parte, escasos rasgos los diferencian. Sin embargo, la incertidumbre del próximo enero, junto a la ausencia del actual año en plena pandemia, supone un descuido y abandono en estas tareas que siempre se han llevado a cabo. Papeles, latas y diversos restos orgánicos campan a sus anchas en la zona del Calvari y ermita. Además, algunos de los alrededores de este recinto religioso son utilizados desde hace tiempo por jóvenes de la localidad que pasan su tiempo de ocio y esparcimiento lejos del control de sus progenitores. La época de pandemia ha acentuado, proporcionalmente, estas prácticas juveniles que, lejos de la responsabilidad, hacen caso omiso de las recomendaciones sanitarias y de las autoridades administrativas.